Un nuevo capÃtulo para la marca
Con la salida de Maria Grazia Chiuri, Dior inicia una nueva etapa bajo el mando de Jonathan Anderson, uno de los diseñadores más influyentes de su generación. Por primera vez desde Christian Dior, una sola voz creativa liderará todas las lÃneas de la maison. Su debut ya marca una dirección clara: respeto por el legado y una mirada más libre, personal y contemporánea.
Sofía Vanoli
Junio de 2025 marcó un hito en la historia de la maison Dior. Por primera vez desde Christian Dior, un único diseñador será responsable de las líneas masculina, femenina, alta costura y accesorios. Ese puesto lo ocupará Jonathan Anderson, de 40 años, quien hasta hace poco dirigía Loewe y es fundador de la marca JW Anderson.
Su llegada coincide con el cierre de etapa de Maria Grazia Chiuri, quien, tras nueve años al frente de las colecciones femeninas, se despide de Dior dejando un legado profundo y transformador.
Chiuri, la primera mujer en ese cargo desde la fundación de Dior en 1947, marcó una era con una visión abiertamente feminista y culturalmente comprometida. Desde el célebre «We Should All Be Feminists» hasta sus colaboraciones con artistas y pensadoras, convirtió la pasarela en un espacio de reflexión y discurso cultural.
La colección Resort 2026, presentada en junio de 2025 en Roma —su ciudad natal—, marcó el final de una etapa significativa para Dior. El desfile se vivió en un clima cargado de emoción y con un claro reconocimiento institucional a la huella que dejó durante sus años al frente de la maison. Con su salida, se abría paso un nuevo capítulo en la historia de la casa, uno que apuesta por una dirección creativa más integrada y definida.
Una visión unificada y audaz
Nombrado director creativo de la línea masculina en abril de 2025, Anderson fue confirmado como diseñador único de todas las colecciones en junio, recibiendo el respaldo inmediato del grupo LVMH y de Delphine Arnault, quien destacó ante la prensa su «visión clara», su trayectoria dentro del grupo y su talento distintivo.
Según Arnault, la decisión de centralizar la dirección creativa busca recuperar la coherencia histórica que caracterizó a la maison en sus primeros años. La llegada de Anderson promete un mensaje más definido y una estética consistente a lo largo de todas las líneas: femenina, masculina, accesorios y alta costura.
El primer paso en esa dirección llegó el 27 de junio, con la presentación de su colección masculina Primavera- Verano 2026 en el Hôtel des Invalides de París. En su debut como director creativo, Anderson sorprendió con una propuesta que combinó sastrería clásica, referencias deportivas y siluetas reinterpretadas: trajes aristocráticos, chalecos sin mangas, capas ligeras y una paleta marcada por el contraste.
De acuerdo con la crítica internacional, más que imponer una tendencia, Anderson utilizó esta primera pasarela para proponer un lenguaje visual amplio, sin rigideces, donde las referencias al archivo de Dior no se copiaban, sino que se reimaginaron con una mirada actual y personal.
La colección incluyó referencias a piezas icónicas de la maison, como la chaqueta Bar y los motivos florales, reinterpretados con un enfoque más ligero y actual. También se destacaron las colaboraciones textiles, en particular con la artista Sheila Hicks, cuyas intervenciones aportaron textura y una dimensión artesanal al conjunto.
En primera fila, figuras como Rihanna, A$AP Rocky, Sabrina Carpenter y referentes del K-pop reforzaron el alcance global de esta nueva etapa para Dior, y confirmaron el interés que despierta la visión de Anderson tanto dentro como fuera del mundo de la moda.
¿Quién es Jonathan Anderson?
Nacido en Irlanda del Norte en 1984, Anderson es considerado uno de los diseñadores más influyentes de su generación. Estudió en el London College of Fashion y comenzó su carrera como estilista teatral, antes de lanzar su propia marca, JW Anderson, en 2008. Su enfoque provocador y su mirada no convencional rápidamente captaron la atención de la industria.
En 2013 asumió la dirección creativa de Loewe, la histórica casa española del grupo LVMH, y desde entonces ha sido reconocido por renovar su identidad visual con un fuerte acento en la artesanía, la experimentación textil y la narrativa conceptual. Su estética combina lo experimental con lo artesanal. Le interesa cuestionar las formas tradicionales del vestir y propone siluetas poco convencionales que desafían etiquetas de género o función.
Cada colección parte de una idea central, a menudo inspirada en el arte, la literatura o el teatro, y se desarrolla como una narrativa visual. En su universo creativo, los materiales tienen un rol protagónico: bordados escultóricos, lanas tejidas a mano o cueros tratados como papel. Para Anderson, la ropa no solo se usa: dice algo.
El nuevo momento de Dior
Anderson llega a Dior con una tarea tan clara como compleja: reforzar la identidad de la maison en un momento de cambio para la industria del lujo. Aunque la marca mantiene una imagen fuerte, analistas señalan una creciente competencia y signos de desaceleración general en el sector. En ese contexto, su nombramiento representa una apuesta estratégica por renovar el discurso creativo sin perder lo construido.
Y si bien su debut fue bien recibido, especialmente por la forma en que logró equilibrar tradición e innovación, algunos críticos advierten que el público espera un gesto más contundente, un momento de ruptura similar al que representó Dior Homme en los años 2000.
El verdadero desafío llegará en setiembre de 2025, cuando Anderson presente su primera colección femenina. Allí deberá demostrar no solo su capacidad para moverse con soltura entre géneros, sino también su habilidad para construir una narrativa coherente, relevante y emocional alrededor de la marca.
Con él al frente, Dior busca unificar su lenguaje visual bajo una mirada creativa clara. No necesita gestos excesivos para sostener su vigencia, pero sí una dirección firme que conecte con el presente. Su recorrido en Loewe y JW Anderson demostró que puede innovar con sensibilidad, pensamiento propio y una fuerte identidad estética.
Todo indica que esta nueva etapa no pretende romper con el pasado reciente, sino construir sobre él desde otro lugar: más personal, más libre, quizá menos predecible. Si logra convertir esa mirada en colecciones consistentes y relevantes, Dior no solo mantendrá su lugar en la conversación global. Podría, una vez más, marcar el ritmo de la moda contemporánea.