El desafío de hacer historia

La startup farmacéutica uruguaya Eolo Pharma, nacida en el Institut Pasteur de Montevideo, está transitando la primera fase de la prueba en humanos de su fármaco contra la obesidad y sus complicaciones metabólicas, un hecho inédito para Sudamérica.

Por Luis Cabrera / Foto: María Noel Ramírez

Por primera vez en la historia, un fármaco nacido en América Latina ha llegado al estudio clínico en humanos. Ese hito pertenece a Eolo Pharma, la startup uruguaya fundada por María Pía Garat, Carlos Batthyány, Virginia López y Carlos Escande, nacida dentro del Institut Pasteur de Montevideo, con apoyo de la Universidad de la República (Udelar) y de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, entre otros.

Se trata de un fármaco enfocado en el tratamiento de la obesidad y sus complicaciones metabólicas, como la diabetes tipo 2, mediante un proceso llamado termogénesis.

«La termogénesis es un proceso natural, mediante el cual el tejido adiposo elimina ese exceso de energía que tiene en forma de calor», explicó la ingeniera en biotecnología Pía Garat, CEO de Eolo Pharma, «Es como si la persona estuviera haciendo ejercicio por determinado tiempo».

«Todos los fármacos que están hoy disponibles para el combate a la obesidad, como agonistas GLP-1, actúan a nivel del sistema nervioso central, inhibiendo el apetito. El nuestro va directamente a la grasa», señaló. Esta diferencia es clave, porque ya se están reportando efectos secundarios de estos otros fármacos, como depresión y ansiedad, por lo que una opción alternativa, con un mecanismo de acción diferente, resulta muy atractiva para el mercado.

De un universo inicial de sesenta moléculas, la elegida por Eolo Pharma, llamada MVD1 por las siglas de Montevideo, surgió, tras muchos de trabajo, como la idónea para avanzar con las pruebas, primero en animales y, ahora, en humanos.

El desarrollo de fármacos contempla a grandes rasgos tres grandes etapas: descubrimiento de un potencial fármaco y determinación de su efectividad y modo de acción; pruebas de seguridad en animales y, por último, los ensayos clínicos en humanos, los cuales se dividen en cuatro fases. En el caso de Eolo, primero se determinó el mecanismo de acción de MVD1 y su eficacia en un modelo estándar de ratones, específicos para pruebas de obesidad y diabetes tipo 2. «Las primeras pruebas de eficacia se hicieron en el Pasteur, con investigadores de Eolo, de la Udelar y del instituto», comentó Garat. «Luego que vimos que la molécula era efectiva y sabíamos la dosis que íbamos a utilizar, pasamos a la etapa de seguridad en animales, según las normativas de las agencias regulatorias, fuera del país». Esta fase se enfocó en darle credibilidad al proyecto, así como en comprobar que el fármaco no fuese tóxico o mutagénico.

Esta etapa también obligó a buscar inversionistas, dado que consistía en contratar laboratorios en el exterior y expertos que hicieran el seguimiento de las pruebas. Eolo captó en esa primera ronda de inversiones unos 2,7 millones de dólares. «Parte de ese capital se utilizó para diseñar el protocolo de la fase de prueba en humanos», detalló la ingeniera. En 2022 llegó una nueva ronda de inversión que recaudó tres millones de dólares.

Las pruebas en humanos

La fase histórica para un fármaco sudamericano comenzó en marzo de este año, aunque su protocolo y preparación requirió un trabajo previo de muchos meses. Eolo debió crecer, sumando expertos internacionales a su junta directiva, individuos que sumaran sus conocimientos en el área de farmacéuticos y en los requerimientos que los reguladores internacionales demandan para aprobar el ensayo clínico en humanos.

«Elegimos Australia como lugar para los ensayos por costo, por velocidad y porque tienen una población obesa que está entre las cinco más importantes del mundo», explicó Garat. «También contratamos una empresa local que monitorea lo que se hace allá: son nuestros ojos en Australia». La aprobación del estudio clínico llegó en diciembre de 2022 y la primera dosis fue administrada el 10 de marzo de 2023.

En esta primera fase, denominada Single Ascending Dose, tres o cuatro grupos de voluntarios «sanos», sin obesidad u otras complicaciones, recibieron una dosis simple de MVD1. La dosis se administró mediante una cápsula. A medida que todo salió bien, la dosis se fue aumentando. «El objetivo final de la fase 1 es la seguridad», señaló Garat. «Y también ver cuál es la dosis máxima a la que podés llegar, si es que existe un tope».

De allí se pasa a una segunda etapa de la fase 1, llamada Multiple Ascending Dose: «En nuestro caso son quince días de administración crónica, con tres grupos diferentes de voluntarios», explicó la CEO. En esta etapa, junto al objetivo inicial de descartar posibles efectos adversos, Eolo ya espera ver algùn elemento de la eficacia del fàrmaco en los voluntarios. «Quince días es poco tiempo, pero podemos ver algún biomarcador», comentó la investigadora.

La fase 1 contará con unos 44 voluntarios, donde, al momento de comenzar esta entrevista, están próximos a iniciar el MAD estudio crónico de 15 días. Luego vendrán, al menos, dos fases. «Si todo sale bien, para llegar al mercado nos faltan unos cinco años», explicó Garat. «El resultado de la fase 1 es sumamente importante. Las farmacéuticas saben que estamos en eso; hay un interés en el sector y estamos esperando que termine la fase 1 para concretar un acuerdo y que ellos apoyen económicamente la fase 2 y fase 3».

El desafío de ser la primera

Cerrar un acuerdo para la producción y la distribución del fármaco es clave. Todo el conocimiento generado por Eolo está protegido por patentes, pero no son la única empresa del mundo trabajando con termogénesis y, si bien, a su entender, son los más adelantados, una inversión millonaria en un competidor puede alterar la carrera. «Hoy sería el primer fármaco del tipo en el mercado», subrayó Garat. «Ser el primero es valioso para la empresa porque te posiciona de mejor forma».

Eolo ya está en diálogo con algunas de las principales farmacéuticas del mundo, y, pese a que aún es una industria dominada por los hombres, Garat asegura que, en todo el proceso, el desafío de ser mujer ha sido menor al de ser latinoamericana: «Ser CEO y mujer no lo he vivido como un impedimento para mi desarrollo personal o para el de Eolo», afirmó. «Trabajamos en equipo y tenemos personas muy preparadas; si voy a hablar con una farmacéutica, nunca voy sola. Eolo salió adelante gracias al trabajo de los investigadores. Me siento muy respaldada por todo el equipo. Sin ellos, Eolo no sería posible».

«Si hay un tema con mi edad y experiencia, este no cambiaría si fuese hombre», opina. «Veo como un mayor obstáculo venir de América Latina. Los asesores te dicen que esto no importa, que depende de la molécula y cómo te den los ensayos. Eso quizás es cierto en la etapa en la que estamos ahora, pero al principio fue diferente».

«Está bueno, como mérito, ser los primeros en América Latina en llegar a esta etapa, pero me encantaría decir que este es el fármaco 2.000 en hacerlo», aseguró Garat. «Ser el primero de la región significa que tenés una barrera mucho más alta que si fueras una empresa de otro lado. A las empresas les resulta más atractivo invertir en alguien que esté más cerca». Eolo ha recibido varias ofertas para relocalizarse.

En cuanto a las negociaciones en curso, Eolo todavía no ha cerrado un acuerdo para la producción y futura distribución del fármaco.

El camino hacia Eolo

La realidad que hoy vive Pía Garat se comenzó a construir hace muchos años, con una curiosidad particular por la salud y la obesidad. «Recuerdo estar en casa en verano mirando Dr. 90210, un reality donde se mostraban cirugías estéticas y bariatricas», compartió. «Esas operaciones le cambiaban la vida a la personas, y las que más me llamaban la atención eran las relacionadas a la obesidad. Me sorprendía cómo les mejoraba la vida y el riesgo que suponía; cómo no había otras alternativas saludables».

Un acercamiento diferente a la Biología brindada por The British Schools, que por su programa internacional rompía el esquema de lo que usualmente se enseñaba en la asignatura, fue otro bloque fundamental para su desarrollo. «Tuve que ver qué carrera iba a seguir, empecé a investigar: nutricionista no me gustó y medicina no me convenció, porque no me imaginaba esa atención con el paciente», afirmó. «Quería influir en la salud de las personas desde otro lado». Tras una folleto que le entregó su padre, Garat decidió investigar la flamante carrera de biotecnología de la ORT. Una reunión con el coordinador de la carrera, Carlos Sanguinetti, la convenció de que ése era el camino.

«Entendí todas las aplicaciones que podías tener en la carrera, pero tenía la idea de que en Uruguay no iba a poder desarrollar la profesión», compartió. «Sin embargo, cuando estaba en cuarto de facultad apareció un llamado del Instituto Pasteur, del doctor Escande, para proyectos relacionados a la obesidad y la diabetes».

El llamado encajaba perfecto con sus deseos y, poco tiempo después de integrarse al proyecto, Escande le propuso liderar su primera startup. NutraScan se enfocaba en la búsqueda, validación y valorización de nutracéuticos. «No obstante, el camino científico me llevó a cruzarme con MVD1, desafío que me resultó muy atractivo», afirmó Garat. «Con la capacidad que teníamos en el Pasteur, y en común acuerdo con el equipo, nos pareció que este era el camino».

En 2016, el equipo -ya conformado junto a Escande, Batthyány y López- aprovechó la oportunidad de presentar una nueva propuesta a la incubadora Cites (Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social) del Grupo SanCor Seguros de Argentina. Así tomó forma Eolo Pharma. «Creamos la startup dentro del área farmacéutica porque alineaba el interés de los investigadores con el mío de hacer una empresa con un peso más importante», señaló Garat.

Eolo se basó en ciencia con la cual López y Batthyany venían trabajando desde hace casi una década, la cual se potenció una vez se integró Carlos Escande. La startup obtuvo el financiamiento de 500 mil dólares otorgado por Cites. «Se habían presentado 200 startups y nosotros quedamos entre los seleccionados», relató la emprendedora.

Cites demandó que el emprendedor que fuera a hacer la parte administrativa se trasladara a Sunchales, una ciudad santafesina de solo 25.000 habitantes, pero que se ha vuelto un polo tecnológico en Argentina. Era la oportunidad de trabajar mano a mano con gente con expertise en el desarrollo de startups enfocadas en ciencias de la vida, por lo que por tres años, Garat se mudó a Sunchales. Su retorno se dio justo antes del comienzo de la pandemia del Covid-19.

En 2023, Garat encabeza el trabajo de Eolo dentro y fuera de fronteras, con un equipo que consta de investigadores locales, en el Pasteur y en la Udelar, pero también la participación de muchas personas alrededor del mundo. «Hoy habrá unas 100 personas involucradas directamente en el proyecto de MVD1», aseguró.

Mientras tanto, Eolo ya trabaja con las otras 59 moléculas restantes. «Tenemos tres indicaciones: obesidad y diabetes es el núcleo de la empresa, porque es el área de expertise de los fundadores, pero tenemos también un foco en las enfermedades neurodegenerativas y las enfermedades autoinmunes y autoinflamatorias», comentó Garat. «La empresa tiene que seguir con otros proyectos».

Siempre en movimiento
Una característica de la personalidad de Pía Garat es que cuanto más tareas haya en su escritorio, mejor se siente. «Me encanta la multitarea», asegura. «Soy más efectiva cuanto más cosas hago, sino siento que me achancho». Casada y madre de dos hijos pequeños -Juan Manuel, de 4, y Emilia, de uno: «Dos terremotos», como los define entre sonrisas-, Garat no solo encabeza el proyecto de Eolo, sino que también suma su actividad como profesora en el colegio Los Pilares y su gusto por el deporte, que incluye la natación y, su preferido, el hockey sobre césped. ¿Cuál es el secreto? «Hago mucho equipo con mi marido José y, desde el momento que nació Juanma, me volví más ejecutiva», revela. «Investigación ya no hago porque no me da el tiempo. Me encanta conocer y saber lo que se desarrolla. Trato de dedicarle tiempo y horas a eso, porque, aunque no es necesario que el CEO de la empresa lo sepa todo, es un plus y más cuando se trata de una startup de base científico tecnologica». Recientemente Garat fue reconocida por los Globant Awards como parte de su listado Women that Build 2023, dentro de la categoría Inspiring Leader, la cual premia a vicepresidentas, gerentes, directoras, líderes, fundadoras o expertas en el tema con más de cinco años de experiencia que generen un impacto positivo en los campos de STEAM (por sus iniciales en inglés: ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas).