Los tesoros de la Indochina
Estos imperdibles destinos del sudeste asiático prometen un balance perfecto de maravillas antiguas y experiencias modernas, que convergen para crear un inigualable tapiz de experiencias rico en historias, paisajes vibrantes y tesoros inesperados.
Por Sofía Vanoli
Ubicados en el corazón del sudeste asiático, los encantadores países de Vietnam y Camboya revelan un reino de experiencias exclusivas para los viajeros más exigentes. Con una mezcla de historia, cultura y belleza natural, ambos destinos ofrecen una variedad de actividades para todos los gustos, desde los amantes de la aventura hasta los que optan para relajarse y desconectarse.
VIETNAM: DONDE LA TRADICIÓN SE ENCUENTRA CON LA INNOVACIÓN
Vietnam, un país con una rica trama de historia y cultura, cautiva a los viajeros con su mezcla perfecta de tradición e innovación. Hanoi, la capital, es un museo viviente donde la arquitectura colonial francesa convive con rascacielos modernos. El Barrio Antiguo, con sus estrechas calles y antiguos templos, ofrece una visión de la herencia cultural de Vietnam.
Un gran destacado del Barrio Antiguo son los hoteles boutique de la zona, dentro de los que se resaltamos el Metropole Hanoi, un refugio de elegancia colonial. En funcionamiento desde 1901 y ubicado cerca de la Ópera, el hotel ha acogido a dramaturgos, embajadores y jefes de Estado. Además de habitaciones espaciosas y ricamente decoradas, el Metropole ofrece un exquisito menú francés en su restaurante Le Beaulieu, un buffet de chocolate y actuaciones de jazz en Le Club.
Otra de las dos paradas obligatorias de Hanoi es el Mausoleo de Ho Chi Minh. Se trata de un enorme monumento ubicado en el centro de la ciudad y erguido en honor al líder revolucionario, considerado como el padre del actual Vietnam. La segunda es el Templo de la Literatura. Si bien existen varios templos de la literatura en Vietnam, el ubicado en Hanoi es el más antiguo, el más grande y el que cuenta con una mayor importancia histórica, ya que fue en su día la primera universidad de Vietnam. En las regiones del norte, los impresionantes paisajes de Sapa y Ha Giang cuentan con campos de arroz en terrazas y aldeas de minorías étnicas, proporcionando una ventana al diverso mosaico étnico de Vietnam.
Cabe destaque que de ambas, Sapa es la que lleva abierta al turismo más tiempo, por lo que cuenta con más infraestructuras, como hoteles, paseos, experiencias, cajeros o tiendas.
En cambio, el gran atractivo de Ha Giang es el llamado «Ha Giang Loop», una ruta en moto de casi 400 kilómetros por la provincia, que pasa por distintos puntos destacados como el majestuoso pueblo de Huang Su Phi y sus inigualables terrazas de arroz; el mirador Quang Ba Heaven’s Gate; el pase montañoso Ma Pi con vistas sobre el río y la montaña; el Palacio del rey H’mong; la frontera con China y su reconocida torre de la bandera; la montaña más alta de vietnam (Tay Con Linh); el inigualable lago Noong; y el espectacular geoparque Dong Van Plateau.
Más hacia el sur, la bulliciosa metrópolis de Ho Chi Minh (anteriormente Saigón) muestra el rápido crecimiento económico y desarrollo urbano del país. Las atracciones de esta ciudad son una mezcla de lo antiguo y lo nuevo, con estructuras coloniales bien conservadas y reliquias bélicas de la devastadora Guerra de Vietnam, así como elegantes rascacielos, elegantes clubes deportivos y grandes centros comerciales.
Dentro de las actividades recomendadas está una parada por los túneles de Chu Chi, parte de un museo de guerra masivo ubicado a unos 60 kilómetros al noroeste de la ciudad. Estos túneles son una amplia red de estructuras subterráneas y lugares escondidos usados por el Vietcong durante la Guerra de Vietnam.
Allí se puede recorrer más de 120 kilómetros de túneles subterráneos, con trampillas, salas de estar, cocinas, instalaciones de almacenamiento, armería, hospitales y centros de comando, además de numerosas exposiciones de museos y dioramas, y un campo de tiro que permite a los visitantes probar armas antiguas.
Más cerca del centro de la ciudad se encuentra la Catedral de Notre Dame de la Ciudad Ho Chi Minh, una obra emblemática construida con ladrillos importados de Francia, con más de 300 años de antigüedad y, junto a ella, la Oficina Central de Correos, un remanente conservado de la época colonial francesa.
Y por supuesto, el ineludible mercado Ben Thanh, que es el lugar perfecto para comprar artesanías locales, arte vietnamita y otros recuerdos. Es también un gran lugar para probar la gastronomía vietnamita. Es que Ho Chi Minh es también un paraíso para los amantes de la comida. La cocina vietnamita, famosa por sus ingredientes frescos y sabores intrincados, es una parte integral de la experiencia de viaje y allí se pueden disfrutar de especialidades de comida callejera saludables numerosos cafés y restaurantes.
JOYAS DE LA UNESCO EN VIETNAM
Entre los miles de lugares notables que se pueden encontrar en Vietnam, hay ocho sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La Bahía de Halong es uno de ellos. Declarada como tal en 1994, y también considerada como una de las siete maravillas naturales del mundo, la Bahía de Halong atrae a millones de visitantes cada año gracias a su atractivo paisaje de picos montañosos que se elevan y atraviesan las tranquilas aguas color esmeralda.
Un gran paseo es tomar un crucero para explorar la belleza de la bahía, desde cuevas asombrosas en lo profundo de las montañas de piedra caliza hasta la cultura de los pescadores locales. Muchos de los cruceros disponibles combinan experiencias gastronómicas con excursiones a playas escondidas, paseos y mucho más.
Otro sitio destacado por la Unesco es la antigua ciudad de Hoi An, conocida por sus calles iluminadas por faroles y su arquitectura bien preservada. En Hoi An se pueden encontrar calles estrechas y casas con techos de tejas decoradas con extraordinarias tallas de madera. Los paseos nocturnos por la orilla del río son lo más destacado de cualquier viaje a la ciudad.
Allí los visitantes se pueden hospedar en exquisitas villas junto al río como Zest Villas & Spa Hoi An o Laluna Hoi An Riverside Hotel & Spa, así como realizar divertidas actividades incluyendo talleres de fabricación de faroles, tours culinarios y clases de cocina.
CAMBOYA: REINO DE TEMPLOS Y TRANQUILIDAD
Camboya, empapada de la mística de la antigua civilización jemer, revela un mundo de templos, paisajes serenos y hospitalidad cálida. Siem Reap sirve como la puerta de entrada al icónico Angkor Wat, el monumento religioso más grande del mundo.
Ubicado en uno de los sitios arqueológicos más importantes del sudeste asiático, también declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el templo es la representación terrenal del monte Meru, el monte Olimpo de la fe hindú y la morada de los dioses antiguos. Construido en el siglo XII, Angkor Wat fue mejorado a través de los siglos por los reyesdioses camboyanos de la antigüedad, tanto en tamaño y escala, como en simetría.
Más allá de Angkor Wat, y otros de los grandes templos conocidos de Siem Reap, como Angkor Thom y Bayon, la ciudad camboyana cuenta con varias joyas escondidas como Banteay Srei y Preah Khan, que brindan una sensación de descubrimiento y presentan un punto de vista distinto para aquellos que deseen explorar un poco más la historia y las experiencias del Reino de Angkor.
En Camboya, la historia y cultura se combinan con el bienestar gracias a la variada oferta de resorts de lujo de Siem Reap, que fusionan a la perfección comodidades modernas con la estética arquitectónica Khmer. Desde spas serenos hasta experiencias de comedor privadas, cada momento está diseñado para satisfacer los gustos más exigentes. El reconocido hotel Amansara es un claro ejemplo de ello.
Amansara, que alguna vez fue residencia para los huéspedes del rey Sihanouk, se encuentra en el umbral de Angkor Wat, brindando a sus huéspedes un acceso privilegiado al sitio, junto con un sinfín de otras experiencias incluyendo cruceros entre las aldeas flotantes del lago Tonlé Sap, tours privados, paseos en todoterreno, y mucho más.
Tonlé Sap, por su parte, es un paseo imperdible tanto para los huéspedes de Amansara como para todos los demás viajeros. Ofreciendo una conexión más íntima con Camboya, las aldeas flotantes ubicadas sobre el lago de agua dulce más grande del sudeste asiático ofrecen una perspectiva única de la vida rural inalterada por el tiempo.
Transitando hacia la capital de Camboya, Phnom Penh, el paisaje urbano cuenta una historia interesante y compleja, donde la historia real de Camboya se combina con el pulso de la vida moderna. Paradas imperdibles son el Palacio Real y el Museo del Genocidio Tuol Sleng, así como los bulliciosos mercados y el animado paseo marítimo. La primera parada, el Palacio Real de Phnom Penh, fue construido como residencia y como símbolo de poder de los reinos de Camboya. Erigido entre 1866-1870, el edificio tiene el estilo arquitectónico jemer tradicional y los colores religiosos amarillo y blanco. El color amarillo representa el budismo y el blanco representa el brahmanismo.
Dentro del palacio también se encuentra la extravagante Pagoda de Plata, conocida como el Templo del Buda de Esmeralda. Su nombre se debe a su piso cubierto con cinco toneladas de plata brillante, en el centro del cual se encuentra una gran estatua de Buda de jade. La pagoda fue construida en 1904 hoy en día exhibe más de 1.650 artículos.
En contrapartida, la segunda parada se centra en uno de los periodos más oscuros de la historia camboyana. Este museo, fundado en 1980 en la célebre prisión de alta seguridad S-21 del régimen de la Kampuchea Democrática, tiene como objetivo conservar pruebas de los actos que provocaran la desaparición de entre uno y tres millones de personas en Camboya entre 1975 y 1979.
El museo contiene fotografías y documentos, así como otras fichas biográficas de reclusos, guardianes y funcionarios del aparato de seguridad estatal.
Dando un paso por fuera de la historia, Phnom Penh ofrece una mirada a la vida moderna del país gracias a sus mercados. Estos forman parte integral de la vida de los camboyanos, con visitas diarias para abastecerse de alimentos para el día y otra variedad de artículos.
Los mercados más populares entre turistas son el Mercado Central (Phsar Thmei), una interpretación Art Deco única de un mercado tradicional, donde se pueden conseguir desde joyas, gemas y baratijas hasta artículos para el hogar, comida, recuerdos y artesanías; y el Mercado Ruso, donde es fácil negociar los precios de una variedad de artesanías y productos hechos a mano como tallas de madera, sedas, instrumentos musicales y budas en miniatura.
Para los locales, los favoritos son Phsar Chas, donde se pueden encontrar una gran variedad de frutas y verduras tropicales, así como distintos tipos de carnes; y el Mercado de Orussey, con tres pisos repletos de ropa, alimentos frescos, artículos para el hogar, electrónica y repuestos para motocicletas.
Por último, el paseo marítimo de la capital es el recorrido perfecto para conocer la ciudad ya que recorre muchos de los principales puntos de interés de Phnom Penh. Corriendo en paralelo al río Tonle Sap, que va desde el Mercado Nocturno de Phnom Penh hasta el Palacio Real, el área recibe el nombre de antiguo Barrio Francés gracias a los edificios de estilo europeo que se conservan, y que han sido reconvertidos en hoteles y restaurantes.
Esto lo ha convertido en el referente del ambiente nocturno de la capital y un punto de encuentro para los locales. Allí se puede disfrutar del mercado nocturno de Phnom Penh para disfrutar de la gastronomía callejera y de los espectáculos de música tradicional, así como de varios locales donde hacer tai chi, aerobic o jugar a la pelota.
Vietnam y Camboya, dos destinos únicos e inigualables, han abierto sus puertas al viajero discerniente, ofreciendo una combinación de tradición y modernidad que deja claro que tienen más para ofrecer que solo paisajes pintorescos y monumentos históricos. Cada recorrido revela un mundo donde la tradición y la innovación coexisten, y donde el espíritu resiliente de su gente cuenta una historia de resistencia y renovación.
Desde los karts místicos de la Bahía de Halong hasta las maravillas antiguas de Angkor Wat, cada destino deja una huella indeleble. Es que Vietnam y Camboya no son solo lugares para visitar, son experiencias inmersivas, repletas de la mística del sudeste asiático, invitándote a desentrañar sus secretos y quedarte cautivado para siempre por su encanto.
UNA FUSIÓN DE SABORES Y TEXTURAS
Vietnam y Camboya cuentan con una rica herencia culinaria y ofrecen una amplia gama de sabores y platos. Aquí hay algunas recomendaciones que no te puedes perder en cada país: Uno de los platos tradicionales y más reconocidos de Vietnam es el Pho, una sopa que incluye caldo, fideos de arroz y carne, generalmente de vaca o pollo. Se dice que el Pho es el plato nacional de Vietnam y sus orígenes datan de principios del siglo XX.
Otros platos imperdibles son el Banh Mi, un delicioso sándwich elaborado con una baguette rellena de diversos ingredientes como cerdo a la parrilla, paté, hierbas y verduras encurtida; Com tam (arroz roto), popular en el sur de Vietnam que presenta arroz roto acompañado de cerdo a la parrilla, un huevo frito y salsa de pescado; y Cha Ca La Vong, una especialidad de Hanoi que incluye pescado a la parrilla servido con fideos de arroz, hierbas y diversas salsas.
Camboya, por su parte, cuenta con el Amok de pescado como su plato nacional. Se trata de un plato tradicional jemer compuesto de curry hecho con pescado, leche de coco y una variedad de hierbas fragantes, generalmente servido en una hoja de plátano. Otros destacados son el Lok Lak, un plato de ternera salteada en una sabrosa salsa, a menudo servido con arroz y una guarnición de verduras frescas; el Nom Banh Chok, o fideos de arroz cubiertos con una salsa verde de curry de pescado y una variedad de verduras frescas; y el Num Pang, muy similar al Banh Mi vietnamita.