Para todos los paladares

Una carta amplia que invita a todo tipo de comensales y una destacada oferta de cócteles, más el énfasis en el trato humano y la atención descontracturada, hacen de Dilema, ya sea en Punta Carretas o Carrasco, una de las grandes ofertas gastronómicas de Montevideo.

Por Luis Cabrera

Haber superado el golpe de la pandemia en 2020, a pocos meses de haber abierto sus puertas como un emprendimiento gastronómico completamente nuevo, requirió de esfuerzo, profesionalidad y capacidad para innovar, características que forman parte de la esencia de Dilema, el restaurante que cautivó al público en Punta Carretas y, desde junio del año pasado, repite plato en su segunda locación, en Carrasco.

Para fortalecer y dar a conocer su propuesta en tiempos tan difíciles, Martin Tripodi y Rodrigo Verdes, fundadores de la marca, llamaron a otro amigo, el chef Mauricio Hernández, hoy también socio de Dilema. Con Hernández liderando un ciclo de seis eventos -apoyado por los tragos de Juan Pablo Perdomo- la marca se consolidó hasta convertirse en una de las opciones más buscadas dentro de la escena gastronómica montevideana.

«Desembarcar en Carrasco es parte de la expansión de la marca, de seguir desafiándonos y creciendo», explica Verdes. «Carrasco desde hace muchos años es un polo turístico, logístico y laboral que abarca también toda la costa, de donde somos nosotros».

El arribo a Carrasco ha sido sobre una construcción de marca que ha fidelizado a su clientela gracias a una carta que abarca todos los paladares, sin negociar la calidad: «La carta es muy flexible; tenemos todo tipo de gustos para que una familia o grupo de amigos pueda venir y cada uno comer lo que realmente quiere comer», comparte Hernández.

Las croquetas de cantimpalo y queso ahumado, la milanesa con salsa de hongos o el volcán son los «platos bandera» de la marca, al decir del chef.

Estos se suman a la oferta de sushi, de alta demanda y a cargo de Michel Arnaud, y, en Dilema Carrasco, las nuevas opciones que agrega contar con una parrilla y horno de barro.

«Es una carta de abanico abierto que permite que en la misma mesa se pueda comer ceviche, sushi y entraña», explica Tripodi. «Y que esto sea con la misma calidad que esperas en una parrillada o en un local de sushi».

El espíritu innovador también está presente en la oferta gastronómica gracias a la carta de sugerencias, que permiten a los clientes más fieles probar nuevos sabores y texturas.

«Tenemos una muy buena gastronomía y muy buena coctelería, pero también una atención descontracturada y, aún así, profesional», afirma Verdes, quien destaca el rol del servicio en dialogar con los comensales y lograr que encuentren lo que realmente deseen comer o beber: «No tenemos tabletas para tomar los pedidos porque queremos apostar a la venta, al diálogo con el mozo y con el bartender. El trato humano es nuestra esencia».

«Todo eso hace un combo completo que creo que termina de enamorar a nuestro público», afirma.

A futuro, mientras Dilema Carrasco todavía sigue adaptándose a como sus dueños la imaginan -la vieja casona de Cambará 1628 ha pasado por una importante reforma, pero aseguran que queda trabajo por hacer-, la marca espera crecer en otras áreas, como el servicio de catering.

Dilema ya ha hecho grandes y pequeños eventos, desde el American Rockstars hasta casamientos y cumpleaños: «Hemos llevado la barra entera y hemos creado un cóctel para quien festejaba, para que los invitados se acercaran a pedir el trago con su nombre», cuenta Tripodi. «Tenemos experiencia en catering, pero es algo que nos gustaría potenciar».

UN TRAGO PERSONALIZADO POR TI

La coctelería de Dilema, a cargo del bar manager Juan Pablo Perdomo, se ha vuelto otra de las grandes fortalezas de la marca, reconocida en Punta Carretas y trasladada con gran éxito a Carrasco. «Tratamos que las personas puedan generar su propia experiencia», explica Perdomo. «Si lo desean, se les hace un cuestionario y, a partir de este, se le crea un cóctel nuevo. Si bien ya tienen una posibilidad bastante amplia en la carta, pueden elegir tomar algo diferente todos los días».

Los cócteles pueden ser con o sin alcohol, siendo, de hecho, los llamados «mocktails» uno de los tipos de tragos preferidos del público. «Hay una variedad grande, ocho tragos distintos con diferentes bases: remolacha, mango, maracuya, etc. Son muy vendidos», afirma Perdomo. Como en las otras áreas, los uruguayos han ido evolucionando en su paladar: «Creo que inicialmente fue complejo [innovar] porque no había una adecuación del paladar y era difícil agregar una ceniza o una sal, pero luego, jugando con el tema del nombre, la gente generó confianza y ahora te sigue», explica el bar manager.

Otro punto a favor de Dilema es el uso de envases sustentables, vasos tiki con diferentes diseños que muchas veces definen el trago de autor que el cliente decide tomar.