Redifiniendo la moda con valores sostenibles

Con un enfoque hacia la moda sostenible y con diseños atemporales, Molt desafía el sistema convencional de la industria diciendo adiós a los objetos de deseo fugaz y enfocándose en crear productos basados en las necesidades de sus clientes.

Por Sofía Vanoli

En un mundo dominado por el consumo y la moda rápida, Molt, creada en conjunto entre Kevin Jakter, presidente de Rotunda, y la diseñadora Sofía Bustin, surge como la primera marca de «athleisure» en Uruguay que propone una transformación en la forma en que consumimos la moda y las tendencias.

La inspiración detrás de la marca surgió del deseo de crear un guardarropa sin culpa, donde los consumidores pudieran disfrutar de la satisfacción de comprar prendas de alta calidad y duraderas sin contribuir a las prácticas destructivas de la industria.

«Después de muchos años de estudiar moda salí bastante frustrada viendo cómo destruíamos el mundo (…), pero cuando me vine a vivir a Barcelona descubrí todo un mundo que en Latinoamérica no estaba muy explotado ni muy presente, y que todavía sigue sin estarlo, que es el mundo de la moda sostenible», cuenta Bustin a The Select Experience.

«Pensé entonces que hacer una marca de ropa como a mí me gustaría que fuera, siendo la mejor versión de ella misma, podría ser una buena forma de aplicar todo lo estudiado. La verdad que la inspiración fue esa: vestir sin culpa; ese sentimiento de satisfacción cuando me compro un producto nuevo, bueno, de calidad, que sé que me va a durar y que va a estar mucho tiempo en el armario, saber que no estoy contribuyendo al mal que estamos haciendo».

En este sentido, Molt desafía la industria de la moda convencional de diversas maneras, una de ellas es su compromiso con la moda atemporal.

Mientras que el mundo de la moda a menudo produce colecciones que rápidamente quedan obsoletas, Molt adopta un enfoque diferente.

Sus diseños priorizan la longevidad, ofreciendo a los consumidores la oportunidad de invertir en piezas que siguen siendo relevantes año tras año.

La estrategia se centra en la creación de básicos de alta calidad que se pueden usar una y otra vez. En lugar de diseñar para las tendencias fugaces del momento, la marca busca crear piezas clásicas que nunca pasen de moda.

«Obvio que miramos tendencias y nos inspiramos en lo que está pasando el mundo contemporáneo. No somos ajenos a lo que está pasando alrededor nuestro, pero no diseñamos pensando en que la prenda va a caducar cuando termine la temporada, sino que al revés, diseñamos pensando en que esa prenda dure muchos años», explica la diseñadora.

Otro gran diferencial de la marca es su esfuerzo por fomentar un enfoque más lento y reflexivo hacia el consumo. A diferencia de muchas marcas contemporáneas que crean una sensación de urgencia a través de ventas excesivas y una rotación rápida, Molt se enfoca en las necesidades y la demanda del cliente. Producen cantidades limitadas y reponen según la retroalimentación del cliente y la dinámica del mercado. Este enfoque no solo minimiza el exceso de inventario y los desperdicios, sino que también mantiene su compromiso con la sostenibilidad.

«Cuando creamos la marca pusimos sobre la mesa un montón de valores que queríamos cumplir y son valores que apuntan a minimizar el impacto de nuestras operaciones», profundiza Bustin.

Dentro de estos valores o pilares fundamentales de la marca se destacan la transparencia sobre los procesos, la longevidad de las prendas, la producción próxima a sus puntos de venta para intentar reducir su huella de carbono, y el uso de materiales naturales y de bajo impacto ambiental como el lino y la lana; o el uso de Econyl, hecha de plástico reciclado del océano, dándole un segundo uso a algo que ya es un desperdicio.

La conciencia sobre la salud es también un punto importante para la marca, según explica su fundadora: «Hoy en día nos vestimos con cualquier cosa cosa y hay muchas telas que tienen componentes tóxicos y no sabemos que nos ponemos sobre la piel. Molt quiere decir segunda piel. 

Es cuando los animales cambian de piel por una nueva y por una mejor. Eso es lo que nosotros queremos: que tu segunda piel, que en este caso sería la ropa, sea lo mejor posible para ti y para el medioambiente».

Si bien hoy en día la marca considera que es su mejor versión de sí misma, Bustin reconoce que siempre hay margen para la mejora, a medida que puedan ir incluyendo nuevos procesos responsables y minimizando el impacto de su producción.

Más allá de eso, otro de los grandes desafíos de Molt es poder producir en España para seguir fomentando la producción de proximidad y local.

Actualmente, la marca vende en el país, pero vende parte de la misma producción que tiene en Uruguay, que es importada y comercializada de forma online, ya que producir de forma local requiere un volumen mínimo.

«Hoy en día no llegamos a ese número porque somos muy nuevos y estamos recién comenzando a comercializar, entonces este es un desafío que tenemos por delante y nos encantaría poder alcanzarlo en el largo plazo», concluye.